
Andrés era un tío normal. Simpático, jovial, buen estudiante y buen trabajador. Es amable con todo el mundo y una persona querida. A pesar de tener muchos amigos él quería por encima de todos a su perro, Federico. Le esperaba siempre alegre cuando llega a casa, le acompañaba donde quiera que fuera y le demostraba su cariño incondicional a base de lametones. Se querían muxo. Pero Federico, o Fede como le llamaba Andrés, no es un perro normal. Era muy inteligente y no depende de su amo. No se pasaba el día llorando cuando Andrés estaba en la universidad o en el trabajo y salía de casa por su cuenta y volvía cuando considera oportuno. Un día Andrés volvió muy cansado de trabajar. Estaba en un Burguer y ese día le había tocado cierre. Llegó a la 1 de la noche a casa, muy tarde como para ver despiertos a cualquiera de sus padres. Abrio la puerta y esperó el efusivo abrazo de su fiel compañero cuando enseguida se dio cuenta de que no estaba esperándolo. No le dio importancia. Siguió avanzando por la casa en dirección a su cuarto, deseando encontrarse con Fede. Llego y abrio la puerta esperando que estubiera durmiendo en su cama, pero tampoco allí lo encontró. Se extrañó y salió de su habitacion en silencio, para no despertar a sus padres, en busca de su perro. No habia ningun rastro de él. Lo buscó por toda la casa y no lo encontró. ¿Dónde podía estar? La angustia empezó a crecer en su interior. Sólo quedaba un sitio por mirar y era el cuarto de sus padres. Lo normal habría sido en ese momento acostarse y esperar que al día siguiente le despertara a lametazos, como solía hacer. Pero no, decidió entrar.
Al abrir la puerta enseguida notó un extraño olor que salía de la habitación. No supo reconocerlo, era parecido al olor que deja un petardo despues de explotar, pero mezclado con otros olores muy desagradables. El olor era muy situl, no era irrespirable pero si muy desagradable. Andrés se decidió a entrar en la habitación. Dentro habia silencio y oscuridad, y el mismo olor pero mas intenso. El aire se notaba denso. No estaban sus padres ni estaba Fede. La cama estaba deshexa. Pensó que habrían bajado a pasear el perro, pero es extraño que se hubieran ido los dos. Empezó a preocuparse y decidió llamar a su padre al móvil. Entonces un sonido quebró intensamente el silencio, era el telefono de su padre. Buscó de dónde venía pues él nunca iba sin su celular encima. Siguió el sonido y lo halló en el suelo, al lado de la cama. Al agacharse a recogerlo sintio un cambio de temperatura en su mano y una ligera brisa. Es como si saliera aire frio de debajo de la cama. Recogió el movil y decidió encender la luz. Ésta no reaccionaba al interruptor. Se había quedado a oscuras. La luz del pasillo tampoco se encendía.
Andrés empezaba a estar nervioso de verdad. Se sentía solo en casa, rodeado de silencio y oscuridad. Una sensación de ahogo empezó a invadirle. Decidió iluminar con su movil y se puso a mirar por la casa a ver si habian saltado los automáticos. Andaba despacio, con mucha inseguridad. La luz del movil no era suficiente para ver y cada paso, aun a pesar de conocerse su casa de memoria, era lento y torpe. Cuando llevaba medio pasillo recorrido escuchó un sonido lejano, pero que le pareció provenir de dentro de la casa. Era una respiración pesada y arritmica. Ahora sí estaba asustado. Se quedó paralizado en mitad del pasillo, sin lugar donde esconderse y deseando desaparecer de allí. El movil ilumiaba fijamente hacia delante, pero no era capaz ni de verse las zapatillas.
De repente algo se movió delante de él, estaba seguro de haberlo visto. Fue como una sombra que se desplazó fugazmente por donde la luz casi no alcanzaba a llegar.No se oyó nada. Debía de ser el miedo. Intentó tranquilizarse pero le era imposible. Su corazón iba demasiado rápido y sus respiraciones eran cortas y trabadas. Decidio acelerar el ritmo y llegar al cuadro de automaticos de la casa. Caundo avanzó 2 pasos vió de nuevo la sombra cruzar el pasillo, a la misma velocidad, pero esta vez sí creyó escuchar un ruido, o sentir una corriente de aire muy cerca. Ahora la sombra había sido muy real, no la había imaginado.No podía asegurarlo pero estaba convencido de que algo había pasado muy cerca de él. No se atrevía a volver, pero tampoco quería quedarse ahí quieto. Decidio avanzar más rápido. La tenue luz azul no iluminaba practicamente nada. Cuando casi estaba llegando alargó el brazo y en ese momento se apagó la luz de su movil. Se quedó petrificado del miedo, con el brazo alargado. Enseguida lo bajó y con los ojos abiertos de pánico se sintio en medio de la nada, de oscuridad absoluta. Ya no estaba dentro de su casa, el miedo le hacía sentir eso. Estaba tan solo que no había ni casa. No podía ver nada ni oir. El silencio lo invadía todo, cortado únicamente por su respiración. Tenía ganas de gritar y salir corriendo en cualquier direccion, pero es como si estuviera sobre un pilar y no supiera a cuanta altura estaba. No se atrevió a moverse porque sentía que se caería.
Se quedó intentando calmar la respiración y a si mismo. Cuando con gran esfuerzo lo consiguió descubrió que la respiración seguía oyendose, que había una segunda respiración y que estaba en su espalda, tan cerca que podía escuchar el burbujeo de los flemas de sus pulmones. Era como debería ser la de un fumador en las últimas, pero con poderosos pulmones. Se quedó totalmente paralizado por el terror, aguantando el aire,con los ojos abiertos sin pestañear y las extremidades estiradas y totalmente rígidas. En ese momento una brisa con cierto ritmo empezó a soplar en su nuca. Era húmeda y traía con ella un olor nauseabundo. Muy parecido al que olía en la habitación pero tan espeso y desagradable que casi no se podía reconocer como el mismo. El sonido de la respiración parecía golpearle la parte trasera de la cabeza. El pánico lo dejó tan paralizado que perdió el control sobre su cuerpo y se quedó inmóvil como una estatua. Sus ojos se giraron bruscamente, pero no su cabeza, intentando mirar a través de ella, a ver qué tenía detrás. Entonces sintió el contacto húmedo y pegajoso de algo muy blando por detrás de la cabeza. Fue un contacto titubeante, poco firme, pero con mucha decisión. Ese objeto semejante a la carne se desplazó hacia abajo por su cuello y sintió entonces la firmeza de ese aliento. Todos los sentidos explotaron formando la imagen de una lengua de saliba muy densa y un aliento repugnante, recorriendo su cuerpo, como saboreandolo,o incluso intentándo darle placer. El olor que emitia esa boca era insoportable y la saliva se quedaba tan pegada a su piel que a la lengua parecía costarle arrastrarse. Empezó a sentir la presencia de la cabeza y el roce de algún cabello, parecía mas bien pelusa. Pelos muy finos y casi deshechos. La lengua cambio de direccion y subió hacia arrida, hacia el mentón de Andrés, dejando a su paso un rastro de saliva semejante al que dejaría una babosa. El bello de sus brazos y de la nuca se le erizó por una mezcla de sensaciones entre miedo y placer.
Al llegar a la barbilla sintió el tacto de lo que debían ser unos dientes. Eran quebradizos, parecía que las encías se hundían con la presión. Y empezaron a ejercer presión sobre su piel. Andrés seguia paralizado por el miedo y no se atrevía a moverse. Sintió la debil fuerza de esas piezas huesudas y también húmedas y sintió como se cerraban unos labios al rededor de ellas. Eran frios, ligeramente carnosos y estaban totalmente agrietados. Tiritaban al tacto. Los dientes fueron cada vez apresándole mas fuerte y los labios se cerraban con mayor firmaze. La lengua entró en contacto con su piel, entre los dientes que le mordían, y empezó a sentir un efecto de succión. Le invadió la sensacion repentina de ver que ya no podía escapar, que estaba totalmente apresado física y mentalmente, se sentía como drogado o hipnotizado. El pavor invadió todos los poros de su piel y empezó a gritar, pero de su garganta no salía ningún sonido. Sentia la fuerza del aire pasar por su garganta, pero no sentia vibrar las cuerdas vocales. En este momento, y como si su cuerpo hubiera alamcenado energías durante horas, recuperó de forma explosiva el control y sufrió una serie de espasmos violentos, agitando todas sus extremidades para golpear al enemigo. Sintió como en muy poco tiempo aporreaba animalmente el cuerpo blando de esa criatura con rabia incontrolada. Consiguió tumbarlo en el suelo y siguió aporreandolo con descontrolada violencia, esta vez pudiendo gritar y haciendolo como quien quiere desgarrarse la faringe. Sintió como sus puños se hundían en la carne de la criatura y se partían huesos debiles como ramitas secas y se humedecían sus manos de algun líquido espeso.
Cuando sintió que ya estaba golpeando el suelo consiguio calmarse poco a poco, dejando progresivamente de golpear la masa de carne apestosa. El olor que desprendía ese enjendro era vomitivo. Se calmó, cerró los ojos, se relajó repentinamente y perdió tan de golpe la tensíon que hundió la cabeza inconscientemente sobre los restos. Le faltaba el aire y respiraba con muxa fuerza. Cerro los ojos y se concentro en cargar los pulmones y recuperarse. Cuando al cabo de unos minutos se sintió mejor, le flaqueaban los brazos y las piernas. Entonces abrió los ojos y vio lo que tenía bajo sus puños temblorosos.
Era de día, estaba en su cuarto, la luz del sol del amanecer entraba por la ventana entreabierta e iluminaba los restos de la criatura. Alzó la vista al no reconocer qué era y vio toda la habitación llena de sangre, con trozos de carne y órganos pegados por las paredes e incluso por el techo. Volvio a mirar hacia abajo y reconoció huesos, sangre y piel, peluda, como de un animal. Parecía marron, pero la sangre no dejaba verlo bien. Al separar las manos del cuerpo se tuvo que despegar un intestino que se le habia adherido. Se levantó y miró la forma de la criatura y un dolor invadió su ser, una sensación de haber cometido el error mas grande de su vida. Reconoció enseguida que era un animal, que era un perro y que era Fede.
Al abrir la puerta enseguida notó un extraño olor que salía de la habitación. No supo reconocerlo, era parecido al olor que deja un petardo despues de explotar, pero mezclado con otros olores muy desagradables. El olor era muy situl, no era irrespirable pero si muy desagradable. Andrés se decidió a entrar en la habitación. Dentro habia silencio y oscuridad, y el mismo olor pero mas intenso. El aire se notaba denso. No estaban sus padres ni estaba Fede. La cama estaba deshexa. Pensó que habrían bajado a pasear el perro, pero es extraño que se hubieran ido los dos. Empezó a preocuparse y decidió llamar a su padre al móvil. Entonces un sonido quebró intensamente el silencio, era el telefono de su padre. Buscó de dónde venía pues él nunca iba sin su celular encima. Siguió el sonido y lo halló en el suelo, al lado de la cama. Al agacharse a recogerlo sintio un cambio de temperatura en su mano y una ligera brisa. Es como si saliera aire frio de debajo de la cama. Recogió el movil y decidió encender la luz. Ésta no reaccionaba al interruptor. Se había quedado a oscuras. La luz del pasillo tampoco se encendía.
Andrés empezaba a estar nervioso de verdad. Se sentía solo en casa, rodeado de silencio y oscuridad. Una sensación de ahogo empezó a invadirle. Decidió iluminar con su movil y se puso a mirar por la casa a ver si habian saltado los automáticos. Andaba despacio, con mucha inseguridad. La luz del movil no era suficiente para ver y cada paso, aun a pesar de conocerse su casa de memoria, era lento y torpe. Cuando llevaba medio pasillo recorrido escuchó un sonido lejano, pero que le pareció provenir de dentro de la casa. Era una respiración pesada y arritmica. Ahora sí estaba asustado. Se quedó paralizado en mitad del pasillo, sin lugar donde esconderse y deseando desaparecer de allí. El movil ilumiaba fijamente hacia delante, pero no era capaz ni de verse las zapatillas.
De repente algo se movió delante de él, estaba seguro de haberlo visto. Fue como una sombra que se desplazó fugazmente por donde la luz casi no alcanzaba a llegar.No se oyó nada. Debía de ser el miedo. Intentó tranquilizarse pero le era imposible. Su corazón iba demasiado rápido y sus respiraciones eran cortas y trabadas. Decidio acelerar el ritmo y llegar al cuadro de automaticos de la casa. Caundo avanzó 2 pasos vió de nuevo la sombra cruzar el pasillo, a la misma velocidad, pero esta vez sí creyó escuchar un ruido, o sentir una corriente de aire muy cerca. Ahora la sombra había sido muy real, no la había imaginado.No podía asegurarlo pero estaba convencido de que algo había pasado muy cerca de él. No se atrevía a volver, pero tampoco quería quedarse ahí quieto. Decidio avanzar más rápido. La tenue luz azul no iluminaba practicamente nada. Cuando casi estaba llegando alargó el brazo y en ese momento se apagó la luz de su movil. Se quedó petrificado del miedo, con el brazo alargado. Enseguida lo bajó y con los ojos abiertos de pánico se sintio en medio de la nada, de oscuridad absoluta. Ya no estaba dentro de su casa, el miedo le hacía sentir eso. Estaba tan solo que no había ni casa. No podía ver nada ni oir. El silencio lo invadía todo, cortado únicamente por su respiración. Tenía ganas de gritar y salir corriendo en cualquier direccion, pero es como si estuviera sobre un pilar y no supiera a cuanta altura estaba. No se atrevió a moverse porque sentía que se caería.
Se quedó intentando calmar la respiración y a si mismo. Cuando con gran esfuerzo lo consiguió descubrió que la respiración seguía oyendose, que había una segunda respiración y que estaba en su espalda, tan cerca que podía escuchar el burbujeo de los flemas de sus pulmones. Era como debería ser la de un fumador en las últimas, pero con poderosos pulmones. Se quedó totalmente paralizado por el terror, aguantando el aire,con los ojos abiertos sin pestañear y las extremidades estiradas y totalmente rígidas. En ese momento una brisa con cierto ritmo empezó a soplar en su nuca. Era húmeda y traía con ella un olor nauseabundo. Muy parecido al que olía en la habitación pero tan espeso y desagradable que casi no se podía reconocer como el mismo. El sonido de la respiración parecía golpearle la parte trasera de la cabeza. El pánico lo dejó tan paralizado que perdió el control sobre su cuerpo y se quedó inmóvil como una estatua. Sus ojos se giraron bruscamente, pero no su cabeza, intentando mirar a través de ella, a ver qué tenía detrás. Entonces sintió el contacto húmedo y pegajoso de algo muy blando por detrás de la cabeza. Fue un contacto titubeante, poco firme, pero con mucha decisión. Ese objeto semejante a la carne se desplazó hacia abajo por su cuello y sintió entonces la firmeza de ese aliento. Todos los sentidos explotaron formando la imagen de una lengua de saliba muy densa y un aliento repugnante, recorriendo su cuerpo, como saboreandolo,o incluso intentándo darle placer. El olor que emitia esa boca era insoportable y la saliva se quedaba tan pegada a su piel que a la lengua parecía costarle arrastrarse. Empezó a sentir la presencia de la cabeza y el roce de algún cabello, parecía mas bien pelusa. Pelos muy finos y casi deshechos. La lengua cambio de direccion y subió hacia arrida, hacia el mentón de Andrés, dejando a su paso un rastro de saliva semejante al que dejaría una babosa. El bello de sus brazos y de la nuca se le erizó por una mezcla de sensaciones entre miedo y placer.
Al llegar a la barbilla sintió el tacto de lo que debían ser unos dientes. Eran quebradizos, parecía que las encías se hundían con la presión. Y empezaron a ejercer presión sobre su piel. Andrés seguia paralizado por el miedo y no se atrevía a moverse. Sintió la debil fuerza de esas piezas huesudas y también húmedas y sintió como se cerraban unos labios al rededor de ellas. Eran frios, ligeramente carnosos y estaban totalmente agrietados. Tiritaban al tacto. Los dientes fueron cada vez apresándole mas fuerte y los labios se cerraban con mayor firmaze. La lengua entró en contacto con su piel, entre los dientes que le mordían, y empezó a sentir un efecto de succión. Le invadió la sensacion repentina de ver que ya no podía escapar, que estaba totalmente apresado física y mentalmente, se sentía como drogado o hipnotizado. El pavor invadió todos los poros de su piel y empezó a gritar, pero de su garganta no salía ningún sonido. Sentia la fuerza del aire pasar por su garganta, pero no sentia vibrar las cuerdas vocales. En este momento, y como si su cuerpo hubiera alamcenado energías durante horas, recuperó de forma explosiva el control y sufrió una serie de espasmos violentos, agitando todas sus extremidades para golpear al enemigo. Sintió como en muy poco tiempo aporreaba animalmente el cuerpo blando de esa criatura con rabia incontrolada. Consiguió tumbarlo en el suelo y siguió aporreandolo con descontrolada violencia, esta vez pudiendo gritar y haciendolo como quien quiere desgarrarse la faringe. Sintió como sus puños se hundían en la carne de la criatura y se partían huesos debiles como ramitas secas y se humedecían sus manos de algun líquido espeso.
Cuando sintió que ya estaba golpeando el suelo consiguio calmarse poco a poco, dejando progresivamente de golpear la masa de carne apestosa. El olor que desprendía ese enjendro era vomitivo. Se calmó, cerró los ojos, se relajó repentinamente y perdió tan de golpe la tensíon que hundió la cabeza inconscientemente sobre los restos. Le faltaba el aire y respiraba con muxa fuerza. Cerro los ojos y se concentro en cargar los pulmones y recuperarse. Cuando al cabo de unos minutos se sintió mejor, le flaqueaban los brazos y las piernas. Entonces abrió los ojos y vio lo que tenía bajo sus puños temblorosos.
Era de día, estaba en su cuarto, la luz del sol del amanecer entraba por la ventana entreabierta e iluminaba los restos de la criatura. Alzó la vista al no reconocer qué era y vio toda la habitación llena de sangre, con trozos de carne y órganos pegados por las paredes e incluso por el techo. Volvio a mirar hacia abajo y reconoció huesos, sangre y piel, peluda, como de un animal. Parecía marron, pero la sangre no dejaba verlo bien. Al separar las manos del cuerpo se tuvo que despegar un intestino que se le habia adherido. Se levantó y miró la forma de la criatura y un dolor invadió su ser, una sensación de haber cometido el error mas grande de su vida. Reconoció enseguida que era un animal, que era un perro y que era Fede.
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