Saludos viajero.

Me hallo aquí para tomar un descanso en mi viaje hacia ya casi no recuerdo donde. Este lugar me reconforta y lo usaré a menudo para reposar y meditar sobre lo que me acontece en mi aventura personal. Espero les resulten interesantes mis relatos y entre todos compartamos mis reflexiones y disfrutemos de unos pequeños pero agradables momentos de desconexión de esta vida tan llena de dudas y enigmas, y así poder entender mejor cual es el objetivo de todo esto.

¡Se Bienvenido!

sábado, 2 de agosto de 2008

INSOMNIO: EPISODIO 2


Andrés es un tipo normal. Está aburrido cara al ordenador y decide salir de casa y ver a una amiga suya, Andrea. La llama al teléfono pero lo tiene apagado. Decide ir a su casa. Por el camino le acompaña alegremente Fede, su perro. Es un perro muy listo, casi podría decirse que es una persona encerrada dentro de un cuerpo canino. Es de madrugada y no hay nadie por la calle.

Cuando Andrés llega a casa de Andrea llama al timbre pero nadie le contesta. Vuelve a intentarlo pero todo sigue igual. La ansiedad empieza a crecer en él. Necesita verla. Se aleja del portal y revisa la fachada del edificio. Ve que hay luz en su cuarto. Decide seguir tocando el timbre con furia. Nadie le contesta de nuevo. Lleno de rabia se gira y ve a Fede muy nervioso. Le mira con indecisión y parece estar pidiéndole volver a casa. Andrés no le hace caso y se pone a buscar alguna piedra o algo que pueda lanzarla a la ventana. Como puede ser que estando en casa no se digne a atender al timbre. Seguro que está con alguien, piensa Andrés, y eso le enciende las tripas.

Encuentra algo de grava y lo utiliza, no surge efecto. Está muy rabioso y se mueve frenético por la calle. Busca algo más grande y encuentra un casco vacío de cerveza. Entones empieza a escuchar los gruñidos de Fede. Se gira hacia el y se da cuenta de que le esta enseñando los dientes. Tiene mucha ira en sus ojos pero Andrés tiene mucha más y le ignora. Carga el brazo y Fede empieza a ladrarle con mucha rabia. Se le acerca dando saltos amenazantes y haciendo ademán de morderle. Andrés le hace gestos con el pie y le insulta por entorpecerle, pero sigue queriendo tirar la botella.

Se encara de nuevo hacia el edificio y carga el brazo con rabia. El perro entonces pega un ladrido que suena casi como un grito humano y salta sobre el brazo de Andrés intentando morderle y éste le esquiva y ya cargado de ira le patea. Le grita y le dice que se vaya.

El perro se mueve como un lobo alrededor de él, con el lomo erizado, mostrando los dientes y gruñendo. Andrés le pega más patadas intentando deshacerse de él. En una de esas no le da y casi pierde el equilibrio. En ese momento Fede se lanza contra su pierna y la muerde con fuerza, zarandeándola con violencia. Fede empieza a gritar de dolor pues siente como los colmillos del can le desgarran la piel y se incrustan cada vez más en la carne. Empieza a dar coces pero no puede deshacerse de su perro. Acaba cayéndose al suelo mientras sigue gritando y se pone a golpear al perro con la botella. Le pega muy fuerte pero Fede sigue destrozándole la espinilla. Se mueve frenético dando saltos para no recibir los botellazos, pero sin soltar la presa. Sus ojos parecen rojos. Está decidido a llegar al hueso o incluso partirle la pierna y parece que lo va a conseguir.

A Andrés le invade el pánico y comienza a gritar pidiendo ayuda. No puede soltarse de su perro. Intenta levantarse pero entonces Fede le pega un tirón, sintiendo como sus colmillos astillan sus huesos y cae al suelo por el dolor. Se siente totalmente indefenso y convencido de que va a perder la pierna. Empieza a llorar y a pedir por favor que le suelte cuando siente que Fede deja de forcejear. Andrés levanta la cabeza y mira hacia el perro, este le sujeta con fuerza de la herida, su morro está dentro de los músculos y llenos de sangre. Le parece ver algo blanco pero intenta no verlo. Sigue sin intención de soltarlo, pero está mirándole fijamente, esperando alguna reacción por parte de su dueño.

Andrés entre llantos le pide por favor que le suelte pero el perro no reacciona, sigue inspeccionándole fríamente, pero con ira en sus ojos. Andrés tumba la cabeza en el suelo agotado y sigue llorando. Mientras se atraganta con su saliva y tose se disculpa. Le dice a Fede que no volverá a hacerlo, que no volverá a dejarse llevar por su ira, que no volverá a sentir rabia. Entonces Fede hace un último zarandeo rabioso destrozando la herida y Andrés se retuerce en el suelo gritando de dolor. Le vuelve a decir casi sin poder articular palabras que lo dice de verdad, que nunca más sentirá ira por nadie y que ha aprendido la lección. Entonces el perro decide soltar la herida.

Andrés siente como los dientes se separan de la carne de sus músculos y eso le provoca un enorme dolor. Se agarra la herida con fuerza intentando detener la hemorragia. Esta sobre un charco de sangre y de pié junto a él está su perro, con aspecto solemne, fijando una mirada penetrante sobre él. Andrés le devuelve la mirada mientras sigue luchando por no perder mas sangre. Ahora llora casi en silencio y desea por todo en este mundo no perder la pierna. El dolor es insoportable, mucho peor que cuando tenia el morro del perro dentro de su pierna. No disminuye si no que aumenta y se hace imposible aguantarlo. Empieza a golpear el suelo de rabia hasta que se queda sin energías y cae inconsciente.

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